En las mascotas no vemos sólo a un compañero o un recuerdo en el tiempo capaz de arrancarnos con facilidad una sonrisa sino que vemos a un miembro más de la familia, indispensable como cualquier otro lazo sanguíneo; del que responsabilizarnos, cuidar y con el que hallar verdaderamente lo mejor de cada uno y descubrirlo en nuestros más cercanos.
Un perro puede ser precursora de beneficios saludables representados en diversidad de aspectos igual que para el propio entorno doméstico. Sin distinción entre los más pequeños a nuestros mayores, el apoyo de contar con su presencia es capaz de estimular desde las emociones hasta la misma práctica física.