La exhibición de un lobo abatido en un control de población por parte de
los Agentes del Medio Natural en un vehículo oficial parece una imagen sacada
de otros tiempos, tiempos de alimañeros que poco tienen que ver con los
actuales Agentes del Medio Natural ni con las exigencias de protección de la naturaleza del siglo XXI, pero esa fotografía nos ha
recordado hechos pasados que no deberían volver. Afortunadamente las cosas han cambiado y hoy sabemos que el lobo es una
especie fundamental para el mantenimiento de los ecosistemas naturales por la
tarea de selección que realiza sobre sus presas por lo que la Directiva
92/43/CEE (Directiva Hábitats) lo considera una Especie de Interés Comunitario.
Desde AGUMNPA no vamos a valorar el Plan de Gestión del Lobo en este
escrito, ya que mostramos en muchas ocasiones nuestra opinión al respecto. Un
plan que debería estar enfocado para proteger al lobo y minimizar los daños a
la cabaña ganadera. Dentro de ese plan, se establecen también los controles de población
de lobo. Por tanto, el lobo abatido en Allande, se realizó bajo la autorización
de la Administración del Principado de Asturias.
En cuando a los Agentes del Medio Natural, en nuestro desarrollo profesional, no sólo
debemos cumplir con la ley y velar porque se cumpla, sino que debemos hacerlo
de un modo adecuado para minimizar el efecto negativo que una actuación
determinada pueda tener sobre la imagen de nuestro colectivo, en este caso
manchada de forma notable.
La protección y custodia de nuestro patrimonio natural es tarea
encomendada a los Agentes del Medio Natural y exige profesionalidad y rigor además
de ejemplaridad. Los funcionarios
públicos estamos obligados a actuar con corrección y respeto, particularmente en aquellas tareas más delicadas, como en este caso, el control de poblaciones
de lobo. Es por eso que denunciamos imágenes como las aparecidas estos días en
medios de comunicación y condenamos esa actuación, un hecho lamentable que no debería de volver a repetirse. Además, exigimos a nuestra Administración que de una vez por todas
establezca protocolos de trabajo y directrices de actuación para evitar el caos
organizativo en el que estamos sumidos. Mal distribuidos,
mal organizados, carentes de medios, sin ningún protocolo de trabajo, sin coordinación entre territorios y en muchos casos entre los compañeros de la misma oficina. Esta es
la lamentable situación en la que nos encontramos y que se vuelve insostenible si de verdad queremos ejercer nuestra verdadera función y nuestra vocación, que no es otra que la defensa del medio natural.
Pocas CCAA han conseguido vender la imagen de una naturaleza virgen como
Asturias y, sin embargo, poco o nada se hace para conservarla y protegerla.
Estaría bien, para empezar, dejar de utilizar a los Agentes del Medio Natural
como asalariados al servicio del político de turno que, tras utilizarlos, los
deja a los pies de los caballos como ya ha ocurrido tantas veces. A nuestro colectivo le toca decidir si quiere seguir colaborando con
políticas cortoplacistas y guiadas únicamente por intereses electoralistas o si
va a desterrar, de una vez para siempre, imágenes como la que ha llenado los
medios y las redes sociales estas horas y va a ponerse, como es su obligación, al servicio de los ciudadanos en la custodia y protección de nuestra
naturaleza.