25 años protegiendo el Medio Ambiente. Manuel Fernández Fabián (Piloña,
1959) es Guarda del Medio Natural del Principado de Asturias desde hace casi 25
años. Desde hace tres años, es presidente de la Asociación de Guardas del Medio
Natural del Principado de Asturias (Agumnpa), un colectivo que aglutina a 52
profesionales y que defiende los intereses del grupo.
A la hora del vermú del día de
Navidad, Manuel Fernández Fabián (Piloña, 1959) está en el monte, trabajando.
"Aquí no se para", dice con naturalidad, con la de quien lleva casi
25 navidades como guarda rural en Asturias. Fernández Fabián preside desde hace
tres años la Asociación de Guardas del Medio Natural del Principado de Asturias
(Agumnpa), un colectivo que agrupa a 52 de los 240 guardas rurales que existen
en la región. Responde con amabilidad y contundencia y dice que su trabajo no
se valora, que urge un cambio de modelo en la gestión del Medio Ambiente y que
se sienten olvidados por el Principado.
¿Tan mal están?
Es un problema de organización.
El papel que desarrolla la guardería aquí, en Asturias, está mal planteado. No
hay ningún tipo de dirección unificada o centralizada que coordine y administre
los recursos. El personal está distribuido en tres consejerías y cuatro
direcciones generales. Nuestra tarea principal es vigilar y proteger el medio
ambiente, los recursos naturales. Y esa tarea no la estamos cumpliendo.
¿Está mal vigilada la Naturaleza en la región?
Sí, porque entendemos que se
priorizan otras funciones a la de vigilancia. Hoy en día estamos más para otras
tareas como acompañar en cacerías o permisos de cortes. Que no decimos que no
tengamos que hacerlas, pero nunca deben ser prioritarias. Por ejemplo: en
épocas de máximo riesgo de incendios no hay garantizada la presencia de la
guardería en el monte. No hay un operativo a tal efecto. Y eso es grave.
En el último año no hubo incendios.
Las estadísticas de incendios no
se pueden desligar de la meteorología. El año pasado no hubo porque las condiciones
meteorológicas no lo permitieron. La gente, en cuanto tiene ocasión, prende
todo lo que puede. Este invierno parece que va a venir seco y me temo que
volveremos a hablar de este tema.
¿Por qué dice que está mal vigilada la Naturaleza?
Por la dispersión. No hay nadie
que coordine. Ahora mismo, puede ocurrir que se junten varios guardas en la
misma zona, en el mismo monte y en la misma finca. Y en otros sitios no haya
nadie. Hay falta de organización.
¿Y eso cómo se soluciona?
Lo que nosotros reclamamos es que
se impulse una ley específica que establezca las funciones. Que haya una
estructura de organización, una demarcación territorial, que haya un plan de
integración en el 112, que se fijen los horarios. Nosotros trabajamos con el
horario de cualquier administrativo y el monte hay que cuidarlo, si no las 24
horas, al menos desde que amanece hasta que anochece. Que haya uniformidad, en
definitiva.
¿Eso en otras comunidades es así?
Hay muchos modelos en los que nos
podemos fijar, como Cataluña o Madrid.
¿Siente que se les reconoce su labor?
No. Nos sentimos olvidados por el
Principado. Cuando acudimos a hablar con ellos hay indiferencia, y a veces
despecho.
¿Por qué lo dice?
Incumplen decretos de
uniformidad. Para conseguir un tipo de ropa tuvimos que presentar una demanda.
Nuestros responsables no sólo no nos reconocen, sino que parece que son
nuestros enemigos. No están capacitados para coordinar la gestión de los
recursos naturales. Su modelo está agotado porque no se está protegiendo la
naturaleza y tampoco se desarrolla la máxima de que la ciudadanía tiene derecho
al medio ambiente.
¿Se necesitan más guardas?
No decimos que haga falta más
gente, sino que se optimice el personal que hay. Somos funcionarios y cobramos
de los impuestos. Pedimos trabajar mejor. Hoy liarla en el monte,
desgraciadamente, no es difícil.
¿Hay mucha picaresca en el monte asturiano?
Mucha picaresca y muchas cosas
más graves. Acciones furtivas, por ejemplo. No es generalizado, pero las hay. Y
tenemos que estar ahí para evitarlas o identificar a los causantes.
¿En Asturias se respeta el monte?
De las multas se aprende y no se
olvidan. Pero tenemos que estar más encima. Nosotros, los guardas, tendríamos
que ser una figura familiar en el monte y que la gente vea que estás ahí detrás
no para denunciar a nadie, sino para defender a la Naturaleza de la acción de
alguno.
¿Cuáles son las infracciones más habituales actualmente?
Estoy en el servicio forestal y
lo que veo son personas que provocan incendios. Pero también colocación de lazos
de acero.
Ahora está el asunto de los supuestos dobles cobros de los ganaderos
por daños del lobo. ¿Qué valoración hace de eso?
A veces son bolas que tampoco son
para tanto. Creo que son más cuestiones administrativas que de picaresca. Algún
caso habrá, pero no creo que sea generalizado. Por lo que yo he llegado a
saber, no tiene tanta relevancia.
Hay voces ecologistas que dicen que, a veces, los guardas son
compinches de los propios ganaderos.
Hay rumores de eso, pero yo no
conozco ningún caso. Si hay algún compañero que está manchado con eso, la
justicia deberá depurar la responsabilidad pertinente. Pero ya le digo que no
conozco ningún caso.
En marzo denunciaron "descontrol" en los pagos de los daños
del lobo.
El descontrol viene de no
depender de ninguna dirección centralizada. Desde entonces poco se hizo para
intentar tener un control más claro sobre el problema. Nosotros no sabemos si,
ante un daño de lobo, se paga mucho, regular o poco o si se paga rápido o
lento.
¿El problema del lobo tiene solución? ¿Ecologistas y ganaderos se
entenderán algún día?
Es un asunto sensible. Pero que
la cosa esté así demuestra que hay una carencia de directrices claras en la
gestión del Medio Ambiente en Asturias. La Naturaleza hay que gestionarla como
un todo y el lobo forma parte de ese todo y cumple una función. Los gestores
deben tener eso claro y luego saber articularlo con actividades como la
ganadería. Lo que tampoco puede ser es que un sector como el ganadero, con
todos los derechos, echen el ganado en una zona que se lo come el lobo. Estamos
a favor de una ganadería respetuosa con la ley.
Daños siempre habrá.
Sí, pero hay que aspirar a
reducirlos. No es normal que se esté generando un gasto como el que se está
generando en daños del lobo. Eso es que algo se está haciendo mal. Todo esto
hay que resolverlo de forma científica, alejados de las cuestiones políticas.
En algunas zonas de Estados Unidos, cuando un oso entra a alguna zona y se
demuestra científicamente que es peligroso o puede causar graves daños, se le
pega un tiro, y siguiente pregunta. Eso puede gustar más o menos, pero son
criterios claros.
El Ministerio de Medio Ambiente ultima un protocolo que contempla
precisamente que se puedan sacrificar osos peligrosos.
Es una cuestión técnica que puede
estar planteada en su justa medida. Las normas deben basarse en criterios
técnicos, no políticos. Si el criterio es claro y apoyado en base científica,
está bien. Debe haber normativas que no sean ambiguas. Aquí, en el medio
ambiente hablamos más rato del lobo, por ejemplo, que del propio medio
ambiente. El lobo encierra intereses partidistas.
Pues asoman elecciones.
Tendremos al lobo en primera
línea otra vez porque toca jalear.
¿Lo ve como una especie cinegética?
A lo mejor puede ser o a lo mejor
no, pero siempre debe analizarse con criterios científicos.
Hace semanas murió un oso durante un traslado en Palencia.
Los técnicos hicieron lo que
pudieron para sacar adelante a aquel animal, pero eso demuestra otra carencia,
que no puede no haber en Asturias un centro especializado y localizado, que
atienda a un protocolo, para cuando ocurran casos así. El oso en la región
sigue en peligro de extinción y debería tomarse más en serio ahora que va
recuperando poco a poco población.
La necropsia concluyó que aquel ejemplar murió por las lesiones
producidas por un ataque de otro animal.
Es perfectamente natural que eso
haya podido pasar. Lo que hay que tener es un centro con capacidad para
atenderle, no un garaje improvisado.
En los últimos meses se han destapado supuestos casos de furtivismo
como el descubierto en la zona de Quirós.
No sé en el caso concreto, pero
Quirós siempre fue una zona caliente para los guardas y el futurismo.